Hemos llegado al final de nuestra
experiencia en la UAM y con ello cerramos el verano del campus científico 2014.
Tras los nervios de la mañana,
hemos presentado nuestros proyectos. Todos eran tan interesantes y curiosos,
que nos hubiera gustado haber participado en cada uno de los proyectos
ofertados.
Luego hemos hecho una ronda de
fotos, para llevarnos el mayor número de recuerdos posibles.
Con el calor que hacía, nos fuimos
a la piscina. Chapuzón, tras chapuzón, risa, tras risa, la tarde se hizo noche.
Ya en la residencia comenzó la parte más emotiva del campus: la velada de
despedida. Con nuestra estrella de los recuerdos, abrimos nuestros corazones y
comenzamos a añorar el campus, a pesar de que aún no había terminado. Sabíamos
que posiblemente este sería uno de los veranos de nuestras vidas.
Conocimos a personas únicas, con las que
compartimos muchas cosas en común y, pese a que nos conocíamos de muy poco
tiempo, sabemos que nos recordaremos para siempre. Mantenemos la esperanza de
encontrarnos en un futuro; quién sabe si un día en la calle, en la facultad
durante nuestra carrera o compartiendo vida científica juntos.
¡HASTA SIEMPRE! ¡HA SIDO UN VERDADERO PLACER!