jueves, 11 de julio de 2013

BCN.ENERGIA. Ojalá fueran más días!

   Hola mundo. 

 Las actividades de hoy empezaron antes incluso de despertarnos, con una serie de catastróficas desdichas. Teníamos que realizar unos experimentos por equipos y sinceramente… ninguno salió como esperábamos. Ahora sí, lo que nos reímos y aprendimos superan las leyes del mismísimo Rajesh Koothrappali.

  Por la mañana volvió a sonar el despertador y bajamos corriendo a desayunar; como los demás residentes, mucho más madrugadores (4:30 a.m.), estaban de exámenes, la cocina era entera nuestra. El ruido de una estampida de lombardas asesinas sonó bajando por las escaleras, adentrándose cual depredador, sobre los croissants de chocolate.

   Acabado el desayuno cada equipo se fue a sus respectivas facultades para recibir la última, que no menos importante, clase. Hablando en nombre de todos mis compañeros, creo que todos coincidimos en dos cosas: 1.- Esta semana la recordaremos siempre como una semana inolvidable y 2.- Las lecciones recibidas han sido excelentes en todos los sentidos. El equipo de profesores y monitores han hecho de todas las clases ya fueran de física, matemáticas, química… unas jornadas magníficas.

  A la vuelta a la residencia, tuvimos que dar un pequeño rodeo por el subsuelo barcelonés, debido a una huelga de autobuses inesperada. Viaje que repetimos a la inversa para volver a las facultades. 

La sesión de la tarde la dedicamos a trabajar en grupo para organizar nuestras ponencias de mañana. He de decir, que el acabado de las presentaciones conseguido por todos los grupos, no se hubiera conseguido sin todo el trabajo realizado durante la semana, ¡deberes incluidos!

   Escrito por Pablo José Quero Cisneros.