¡Parece mentira!
¡Parece mentira que ya sea el día de las presentaciones! El
domingo estábamos tan lejos de saber quiénes eran nuestros compañeros y cómo se
iba a desarrollar la semana y sin darnos cuenta el día llegó.
Y aunque esa sensación a veces entristece, no reparamos más de la cuenta en ello y volvimos al presente con una sonrisa. Nos hicieron entrega de los diplomas, señal del esfuerzo realizado, que por cierto, ha venido acompañada de un interesante y sabroso cocktail.
Madrid nos recibió con su calor característico, ese que nace del suelo pero que quema las frentes, del que apaga a los turistas y enciende a los nativos y nos acompañó por sus calles y plazas como si quisiera que descubriésemos sus pasajes escondidos en las sombras.
Por la noche estábamos cansados y decidimos ponernos el pijama para cenar…..pero al final...¡fiesta!