EN BUSCA DE LA FELICIDAD
Ayer comenzamos el día muy prontito para, por fin, comenzar
con las clases en la universidad. Algunos después de un paseíto largo hasta la
facultad de ciencias y otros a la vuelta de la esquina, conocimos a nuestros
nuevos profesores. Allí, en las respectivas facultades, visitamos los
laboratorios de biología celular, vimos las colecciones de zoología y botánica,
realizamos mil y un experimentos en el gabinete de física y comenzamos a
programar videojuegos en 2D.
Después de las clases, de la comida y de alguna que otra siesta
hicimos el taller de radio, en el cual pudimos grabar nuestro propio programa y
conocer cómo es la realización de los mismos. Una vez volvimos a la residencia
tuvimos una tarde ajetreada con la preparación exprés de nuestras grandiosas
obras de teatro que representamos antes de cenar.
Por la noche, y después de una jornada atareada, nos
divertimos viendo una película en la sala de cine de la residencia. ¡Faltaron
las palomitas!
Esta mañana nustros compañeros de biodiversidad salieron de
la residencia antes de que muchos de nosotros bajáramos al desayuno. Han hecho
la salida de campo donde han conocido la biodiversidad de los ecosistemas
protegidos en las cercanías de la ciudad de Salamanca. Mientras tanto, en
el desayuno, uno de nuestros compañeros
nos dio un motivador discurso matutino en el que recalcaba que en el día de hoy no íbamos a salir a buscar el existo, sino lo que conseguiríamos siempre y
cuando encontráramos la felicidad. A lo largo de la mañana tuvimos más sesiones
de laboratorio para los chicos de biología celular, más programación y más
experimentos de física.
Tras un rico 'dinosaurio' con patatas para comer, hemos
comenzado a organizar nuestras exposiciones del proyecto. Mientras que unos ya
tenemos claro qué y cómo queremos hacer nuestro proyecto, otros aún debatimos o
luchamos con los ordenadores para que nos quede una presentación bonita. Un
poquito más tarde ha sido momento de relajarnos/descargar estrés, a sí que
tocaba jugar al fútbol o conversar tranquilamente en el césped bajo la sombra
de un árbol, ya que Lorenzo sigue de visita por Salamanca (traducción para quien no conozca a Lorenzo... ¡hace demasiado calor!).
Por la noche tocaba una de estrategia, con el clásico juego
de Rommel y Montgomery, el cual se nos ha alargado un poquito más de la cuenta y mañana toca madrugar… otra vez.