jueves, 14 de julio de 2016

LPM. El fin de un ciclo da comienzo a uno nuevo.



Último día del Campus Científico de Verano para los chic@s del primer turno. Los nervios y un repaso final antes de la presentación de los proyectos era lo que predominaba la mañana del viernes en la residencia. Todos querían demostrar lo aprendido en el campus. Cada uno de ellos, ante todos los compañeros, profesores y monitoras, presentó el proyecto en el que ha trabajado durante estos días. 

¡El resultado fue  impresionante! Y superaron con creces esta prueba.

Por la tarde, dimos un paseo por el barrio histórico de Vegueta en Las Palmas de Gran Canaria para apreciar su estilo colonial, la catedral y la casa en la que vivió Colón. Además, muchos de ellos aprovecharon para conocerlo mejor y realizar alguna compra antes de volver a la residencia a pasar sus últimas horas en la isla. 

Y de la tristeza de las despedidas pasamos a los nervios y la excitación de los participantes del segundo turno.

Tras la bienvenida en la universidad, empezaron a trabajar en los proyectos relacionados con mamíferos marinos y aula oceanográfica en el que los participantes han disfrutado de un itinerario en barco desde el puerto de Pasito Blanco hasta Arguineguín.

Casi todos nos embarcamos en el "Dolphin beach" para recoger muestras de plancton que posteriormente observaron al microscopio en el laboratorio. Tras desembarcar en La cofradía de pescadores con el fin de conocer las artes de pesca, nos acompañó uno de los profesores para explicarnos el funcionamiento de los barcos pesqueros.

Otros se adentraron en el mar desde Puerto Rico en el “Spirit of the sea” para realizar un avistamiento de cetáceos. Tuvimos suerte y tras una hora y media de movida travesía, nos encontramos con una ballena rorcual y un grupo de delfines mulares que provocaron la euforia de los observadores.

Después nos retiramos a almorzar un picnic en la playa de Maspalomas a la vez que nos dimos un refrescante baño en la costa que nos sirvió de descanso y divertimento bajo el sol.
Con las pilas cargadas, quedan dos días de intenso trabajo por delante en los laboratorios y en el Observatorio del Teide, además de momentos para el disfrute, el conocimiento y  vivir esta experiencia irrepetible.