¡Buenos días campuseras y campuseros!
La aventura continúa dando comienzo la tercera semana con
la llegada de nuevos compañeros a lo largo del domingo.
Una vez descansados, asentados y casi acostumbrados al
sofocante calor murciano, nos disponemos a adentrarnos en la vida universitaria
a través de una charla ofrecida por los rectores y coordinadores de las
universidades de Murcia y de la Politécnica de Cartagena. Tras esta acogedora
bienvenida, realizamos un pequeño tour por diferentes instalaciones del campus,
desde facultades y servicios de investigación como el SAI hasta las no menos importantes cafeterías.
Los participantes del proyecto “La Resolución Científica de Delitos” cuentan además con la
oportunidad de profundizar en la práctica habitual de la policía científica, al
visitar la Comisaría de la Policía Nacional en Murcia. Aquí se adentran en el
mundo de la investigación criminalística mediante el estudio de un asesinato
simulado por varios agentes que les acompañan en su resolución, a través de la
observación de la escena del crimen y la realización de un cotejo de huellas
dactilares.
Tras una necesaria comida y un merecido descanso volvemos
al centro con el propósito de conocer el Museo del Instituto Alfonso X y el
acuario de la Universidad de Murcia, en el cual nuestros campuseros se sumergen
en el mundo de las profundidades marinas.
Una vez acabadas las actividades programadas para esta
primera jornada disfrutamos de un tranquilo paseo y regresamos a la residencia,
donde realizamos una divertida velada con la que poner la guinda a este
completo día.
El martes, con las pilas ya cargadas, dan comienzo los
proyectos. Nos introducimos en el prometedor campo de la biotecnología, investigamos
el comportamiento humano de la mano de la psicología forense y emprendemos una apasionante
travesía desde la estructura molecular del agua hasta el insondable mundo de
las estrellas.
Una vez ejercitadas las neuronas y despertadas las primeras
inquietudes científicas e investigadoras, viajamos hasta la Manga del Mar Mayor
para disfrutar de una entretenida tarde de sol y playa.
El cansancio empieza a hacerse presente, pero nuestras
ganas de seguir aprendiendo permanecen y, tras una nueva velada en que toca
sacar nuestras dotes rastreadoras a relucir, solo nos queda irnos a dormir
pensando en lo que nos deparan los próximos días: deporte, espectáculos
musicales, monólogos científicos o paseos en catamarán, pero sobre todo nuevas
amistades, risas y recuerdos que nos acompañarán por mucho tiempo, forjando
metas, proyectos y sueños que nos harán crecer.
¡Abrid los ojos,
aprended y disfrutad!